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TAI CHI El Fundamento Supremo
"El Agua alimenta la vida, pero atraviesa las rocas y vence los obstáculos con la fuerza de la suavidad". Lao Tse
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El Tai Chi forma parte de las artes internas, y como arte es necesario tener una escucha interior y conocer como funciona el Qi en nuestro cuerpo para poder proyectarlo a través de la intención y el movimiento.

Para muchos el Tai Chi son movimientos basados en las artes marciales, pero verlo desde esta perspectiva le quita toda su esencia de conocimiento y trabajo interno.

Yo trabajo el Tai Chi desde una visión de salud y de crecimiento interior. Ayuda a la coordinación, a la orientación y la memoria. Es un gran complemento para los que practicantes de Qigong ya que incluyen desplazamientos y enlaces de movimientos continuos. Nos permite observarnos a nosotros mismos, cómo nos relacionamos con el entorno a través de los movimientos. Orientarnos en las cuatro direcciones, caminar hacia delante, hacia atrás. Cómo nos sentimos con el equilibrio cuando levantamos una pierna u observamos nuestra falta de flexibilidad y falta de fuerza en las piernas.

El Tai Chi va en busca de nuestra fuerza interna desde la suavidad y ese es el principio básico que debemos tener en cuenta. Me encuentro constantemente con alumnos de Tai Chi que a la hora de realizar trabajo en parejas a través del Tui Shou (técnica de empuje de manos) se ponen rígidos, y en posición de defensa y ataque. Esto nos dice mucho de nosotros en cuanto a la forma de relacionarnos con los demás, la incapacidad que tenemos de dejarnos llevar por el suave movimiento del empuje y devolverlo como el agua que fluye.

Todo el trabajo interno del cultivo de nuestra energía que realizamos en Qigong se expresa en los movimientos de Tai Chi: La intención, la fuerza interna, la presencia, el fluir. Los primeros años tal vez lo que más nos cueste, es percibir que todo este trabajo interno tiene su origen en el Dantian (zona debajo del ombligo) y en el Mingmen (zona de los riñones). Estos son dos lugares poderosísimos donde se concentra nuestra energía que con el Tai Chi dirigiremos hacia las extremidades. Es la expresión constante de las leyes del Yin y el Yang

Tengo la gran suerte de tener grandes maestros del Tai Chi con los que practico y entreno semanalmente y también las enseñanzas profundas de la Maestra Ke Wen que han transformado mi práctica de Tai Chi hacia un conocimiento interior mucho más profundo y que intento transmitir a mis alumnos.

Lo maravilloso del Tai Chi es que parece tener un principio, pero no tiene final. Parece que repetimos una y otra vez, pero en realidad nunca es el mismo movimiento porque nosotros cambiamos a cada instante y por lo tanto también cambia el movimiento.

Cada uno de nosotros debemos tener conciencia de cómo trabajamos nuestro Qi, cómo nos expresamos y cómo evolucionamos internamente. Es así que el Tai Chi se convierte en nosotros el Fundamento Supremo.

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