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MEDITACIÓN
"Durante la oración habla el hombre y escucha el cielo.
Durante la meditación habla el cielo y escucha el hombre"
Proverbio taoísta
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Mi encuentro con la meditación ocurrió en el año 2002 cuando realizaba el Master en Programación Neurolingüística. En el centro ofrecían sesiones de meditación de forma abierta para todos y recuerdo que las daba una profesora de yoga. No puedo decir qué es lo que me motivó a sentarme o a acudir a la meditación, pero llevaba tiempo interesado en practicarla y recuerdo como en casa lo intentaba por mi cuenta y sin saber exactamente lo que hacía conectaba profundamente con el silencio y mi escucha interior.

 

Este primer encuentro me ayudó a avanzar en mi búsqueda personal, pues sentía la meditación como un camino que me acercaba a descubrir la verdadera esencia de mi ser. Me conectaba con un estado de profunda calma donde vislumbraba ciertos destellos de un estado auténtico, fuera de todo juicio, análisis o pensamiento elaborado. Me sentía plenamente lleno estando en contacto conmigo mismo, nutriéndome del silencio. Ya con la práctica del Shiatsu Zen, empecé a interesarme sobre el budismo zen, y mi meditación con el tiempo se centró en el Zen, ese estado sublime de no querer ser nada, siéndolo todo, no siendo parte de nada y sin embargo siendo parte del universo viviente.

 

Hoy en día no concibo mi práctica de Qigong y Taichi sin la Meditación. La meditación no es para mí un complemento sinó una práctica que se manifiesta en el Qigong y en el Taichi. Gracias a la meditación mis alumnos se acercan a ese estado de calma del que les hablo cuando debemos realizar los movimientos. De la quietud surge el movimiento, esto quiere decir que cuando estamos en perfecta armonía con nosotros mismos el movimiento interno se expresa en el exterior, como la flor de loto cuando surge de la profundidad de las aguas fangosas y abre sus pétalos al exterior.

 

En Qigong encontramos técnicas de meditación para concentrarnos en nuestros centros energéticos como el Dantian o el Mingmen, también podemos realizar la llamada órbita microcósmica, un recorrido a través de los meridianos extraordinarios Dumai y Renmai para nutrir la energía de todos los meridianos principales del cuerpo, con la finalidad de que nuestro organimo esté en perfecto equilibrio.

 

Pero principalmente, la llave está en la respiración. Seguir la respiración de forma tranquila, dejando que entre y llene todos los rincones de nuestro cuerpo, hasta sentir que todo el cuerpo respira, incluso que respiramos a través de nuestra piel. La respiración es la clave de nuestra salud, es lo que nos relaciona de forma más inmediata con la vida, realizando un intercambio entre el interior y el exterior, sintiéndonos siempre plenamente conectados con el mundo.

 

Así que si quieres meditar, siéntate, inspira y espira.

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